Las interacciones pedagógicas resguardan el carácter humanista de la Educación, porque la Educación no prepara para la vida, sino que es parte de la vida misma.
Por ello, y en pleno siglo XXI el foco debe estar puesto en una pedagogía innovadora, cercana, sensible y respetuosa, que promueva el desarrollo integral, que equilibre una cognición profunda con el desarrollo personal, social y emocional de las niñas y los niños, en entornos de aprendizaje participativos. Como dijo el filósofo y educador brasileño Paulo Freire, nuestros sistemas educativos ya no pueden continuar con una relación de verticalidad, justificada en la idea equívoca de que el educador es el que sabe y el educando es el ignorante.
Hoy reconocemos en las palabras de Freire un camino a seguir: “nadie educa a nadie −nadie se educa a sí mismo−, los hombres se educan entre sí con la mediación del mundo” (Freire, 1970). Y esta mediación tiene relación con el rol de los equipos educativos en el diseño e implementación de oportunidades de aprendizajes diversas, inclusivas, integrales y desafiantes.
Diseño que debe construirse en la base de que la niña y el niño sean reales protagonistas de sus aprendizajes. Tal como lo expuso la Nobel de Litaratura Gabriela Mistral en su declaración de pensamiento pedagógico: “jamás debe hacer el maestro lo que el niño puede hacer por sí mismo. La acción es lo que fortifica las facultades del niño y lo que acrecienta su espíritu… Que el maestro cree el interés por el estudio, que solicite la curiosidad, que provoque la investigación, que despierte la iniciativa, que inspire la confianza en sí mismo, que sugiera analogías, que mueva a sus alumnos a ensayar su fuerza y a probar su habilidad” (Mistral,1925). Por lo tanto, como adultos garantes de derechos, la invitación a impulsar este desafío tiene relación con acompañar de manera oportuna y respetuosa; resguardando el carácter humanista de la pedagogía.
De esta forma, las interacciones pedagógicas de calidad se transforman en el centro del quehacer educativo, es precisamente este tema que aborda nuestro segundo número de la revista Niñez Hoy. En la primera edición de lanzamiento nos planteamos los desafíos y las oportunidades que trajo consigo la pandemia del COVID-19 y en esta siguiente publicación, hemos querido preguntarnos si acaso el retorno a la presencialidad, tras meses de confinamiento, pueden significar un nuevo impulso para la Educación Parvularia.
Entrevistamos a la Premio Nacional de Ciencias de la Educación 2021 Nolfa Ibáñez Salgado, primera educadora diferencial en ser reconocida con dicha distinción, quien hizo un llamado para que en esta vuelta al jardín infantil y las escuelas, se “tomen en cuenta los saberes de los niños y niñas”.
Sobre los desafíos que tenemos en la práctica pedagógica trata el estudio Alta calidad de las interacciones en salas de jardines infantiles JUNJI: una oportunidad para el desarrollo integral de la infancia en el país, de los académicos Ernesto Treviño, Carla Muñoz, Alonso González y Alexis Contreras.
La doctora en Psicología Susana Mendive titula su artículo ¿Cómo logramos que niñas y niños se beneficien de los cursos de formación profesional?. Y en las siguientes páginas, junto a la lengüista Pamela Urra, plantean las conversaciones pendientes al interior de los hogares respecto al uso de las pantallas y sus efectos en el desarrollo del lenguaje de la niñez.
En esa misma línea, las académicas Chamarrita Farkas, Katherine Strasser y María Pía Santelices escriben Lectura de cuentos e interacciones pedagógicas: diseño e implementación de una intervención en los hogares de niños y niñas de 3 y 4 años, que plantea una propuesta para mejorar el hábito lector y el desarrollo emocional.
De autoría interna, también compartimos el artículo Interacciones pedagógicas, componente esencial de prácticas educativas de calidad, de las educadoras de párvulos Elizabeth Barriga, Lorena González, Viviana Ovando y Viviana Sánchez.
JUNJI ha hecho esfuerzos por transmitir a sus equipos educativos la importancia de las interacciones. Es así como en la sección Experiencias, abrimos con un artículo introductorio sobre La práctica pedagógica y sus interacciones a la luz de la mirada de CLASS y VESS. Y le siguen los testimonios de la Sala Cuna Pan de Azúcar en la región de Tarapacá y del Jardín Infantil Campanita, en la región de O’Higgins, que aplicaron, respectivamente, estas herramientas educativas entregadas en instancias de formación continua. Además, la Sala Cuna Añañucas, de la región de Atacama presenta su vivencia en lo que se refiere a la interacción con bebés.
Por último, recomendamos tres reseñas de libros de Ediciones de la JUNJI que abordan esta temática: Educación, diversidad e inclusión: todas las voces para el mundo que soñamos; Infancia, juego y corporeidad; y Colección niños y niñas del mundo.
Queridas lectoras, queridos lectores, esperamos que, así como el diente de león que nos representa, el intento por promover y divulgar conocimiento técnico-pedagógico y científico por medio de nuestra revista efectivamente sea como semillas al viento que logren sembrarse en cada aula para hacer crecer prácticas educativas de calidad y florecer como un real aporte a las decisiones en torno a educación inicial y el bienestar integral de la primera infancia.
Comité editorial