Para que una buena educación inicial tenga lugar en un aula, es decir, sea motivadora y a la vez desafiante para los niños y niñas, es necesario que los ambientes en los que se da sean dimensionados a escala de los párvulos.
Más allá de que se cumplan ciertas normas de ergonometría e infraestructura, sillas, mesas, corredores o pasillos deberán ser concebidos en relación a las dimensiones de niños y niñas.
Cada párvulo hace suyo su espacio y para que realmente se halle a gusto en aquel lugar donde aprenderá, los elementos físicos presentes deberán estar en una justa relación según el porte de ellos.
Este libro habla de cómo los jardines infantiles deben garantizar estar a la escala del niño y la niña.