Ovalle, (@JUNJI_Coquimbo). El juego es una expresión social y cultural, que se transmite y recrea entre generaciones, por lo que, requiere de un aprendizaje social. Al mismo tiempo, es una actividad propia y característica de la niñez, la que se destaca por su espontánea necesidad de jugar en ambientes flexibles y desapegados a la realidad.
Desde la educación parvularia y las instituciones que la imparten, como es el caso de la Junji Coquimbo, se declara que el juego es un principio pedagógico, donde se enfatiza el carácter lúdico que deben tener las situaciones de aprendizaje, ya que se reconoce la importancia de esta actividad para el desarrollo de la imaginación y la creatividad de niños y niñas en ambientes de libertad y goce.
Bajo esa lógica, y con la creatividad e innovación que las caracteriza, las educadoras y técnicas de los jardines de la Junji de la región, han desarrollado metodologías y recursos que permiten promover y potenciar capacidades y habilidad en niños y niñas.
En la comuna de Ovalle, el Jardín Infantil “Semillitas de Emoción”, ha estado llevando a cabo una interesante y exitosa estrategia denominada “Jugando aprendo mis emociones”, con la que se busca que los párvulos puedan aprender a manejar sus emociones, expresarlas y regularlas, permitiendo establecer una buena base para su futuro. En esa línea, el equipo educativo ha implementado diversas herramientas bio inteligentes, para la entrega de nuevos y mejores aprendizajes, como el yoga infantil, musicoterapia, biodanza, risoterapia, cocinoterapia, etc.
“Nuestro trabajo educativo está basado en la Pedagogía 3000, la cual fue creada por la antropóloga Francesa Noemi Paymal, quien consciente de los grandes cambios que ocurren en los niños/as y jóvenes en diversos aspectos, propone esta metodología como una sinergia e invitación pedagógica mundial, para co crear una educación integral, amena, humana, cariñosa, multicultural y de Paz, siendo una propuesta innovadora y desafiante para todo el equipo”, señaló Carolina Castillo, encargada del jardín infantil.
Por su parte, el jardín infantil alternativo familiar “El lobito”, de Salamanca, ha desarrollado una experiencia educativa que acerca a la primera infancia al mundo de las ciencias, por medio de la estrategia “niños y niñas juegan a ser científicos”.
Bernardita Olivares, encargada del establecimiento comenta que “el equipo educador presenta diferentes materiales relacionados con la ciencia, tales como tubos de ensayo, lupas, vasos, goteros, lentes, para luego preguntar al grupo de párvulos ¿Qué tenemos acá? ¿Qué podemos hacer con estos materiales?, luego los niños y niñas mezclan diferentes elementos, observan y comentan lo que están realizando, mostrando curiosidad y motivación”.
Esta experiencia llevó al equipo educador a tomar la decisión de implementar el “rincón de los experimentos”, el que será utilizado para que los niños y niñas se conecten con la ciencia y la naturaleza a través de diferentes elementos.
En la provincia de Elqui, el jardín alternativo laboral “Capullitos de los Llanos” de Coquimbo, implementó la iniciativa “Pinta Tortuga”, cuyo objetivo es que niños y niñas adquieran control y equilibrio en sus movimientos, posturas y desplazamientos, los que se realiza en diferentes direcciones y en variadas situaciones cotidianas y juegos con y sin implementos.
“Consiste en jugar a la pinta donde uno de los jugadores toca a otro jugador diciendo “pinta tortuga” y este debe tirarse al suelo y mover extremidades inferiores y superiores como lo haría una tortuga, los demás jugadores vuelven a tocar al jugador diciendo “libre” y así sucesivamente sigue el juego. Las familias consideraron que fue muy divertido y dinámico y lo han hecho parte de su vida diaria”, explica Ana Elizalde, educadora encargada del establecimiento.
En esa línea, la educadora Rosa Pallero, destaca, que “esta idea surge de la participación del jardín infantil en un taller realizado por el programa “crecer en movimiento” del Ministerio del Deporte, el cual se materializa en la entrega de una guía didáctica y cuadernillo de aula, que son realizados de forma presencial o desde el hogar. Otra de las actividades que involucra este programa es la realización de un espacio educativo que permite fomentar la actividad física mediante el juego y el movimiento”.
Para el director regional de la Junji, Tomás González, “las actividades que se realizan en nuestros jardines van en la línea de lo que se señala en las bases curriculares de la educación parvularia, donde los aprendizajes esperados están directamente relacionados a la comunicación y a los intereses y necesidades que tengan los propios niños y niñas en este proceso, con lo que se busca es que sean ellos mismos los que manifiesten sus preferencia de juego, lo que además les permite desarrollar su autonomía e interacción social”.