Huara, (@JUNJI_tarapaca). Un reconocimiento a las tradiciones y un llamado a respetar la historia, es uno de los propósito de la experiencia educativa innovadora que desarrolla con éxito el Jardín Infantil “Estrellita del Desierto” de la comuna de Huara de la provincia del Tamarugal.
“Añoranzas pampinas, recuperando nuestras raíces” es el nombre del proyecto pedagógico. Así lo cuenta la directora de esa unidad educativa, Marcela Acosta, para quien “esta experiencia, se basa en proceso pedagógico que hace referencia a una práctica que está instalada en nuestro jardín, que busca la mejora y perfeccionamiento continuo de nuestro quehacer pedagógico para acercar a los niños, niñas y comunidad educativa a sus raíces, costumbres e historia de nuestra comuna”, sostuvo.
Agregó que a través de este proyecto, se busca desarrollar un aprendizaje integral y que abarque los ámbitos y núcleos de nuestro referente curricular, así como integrar a la familia y comunidad general dentro de la unidad educativa, para que participe en un trabajo colaborativo que favorezca los aprendizajes de los niños y niñas, realzando la territorialidad e historia dentro de las prácticas pedagógicas.
Destacó que la experiencia educativa, está dedicada a responder a las necesidades de los párvulos a sus sentidos, emociones, pensamientos, corporalidad, experiencias previas y deseos, relevando y respetando sus características, necesidades y particularidad como persona situada en un contexto natural, social y cultural, buscando siempre la mejora de las condiciones para su bienestar desarrollando sentimientos de aceptación, confortabilidad, y seguridad, que los lleven a gozar del proceso de aprender como lo señalan las Bases Curriculares de la Educación Parvularia.
Práctica
Este proyecto lleva a la unidad educativa a una práctica pedagógica que transforme y realice un cambio social y cultural en la concepción de la sociedad donde se desenvuelven haciendo participes a toda la comunidad educativa.
El objetivo pedagógico se relaciona con desarrollar aprendizajes a través del patrimonio cultural en relación a nuestro proyecto educativo institucional, haciendo protagonistas a niños, niñas, familias y comunidad a través del juego como estrategia privilegiada.
Este proyecto se desarrolla en base al sello identitario, del jardín infantil, el cual es Pampino-Aymara donde la comunidad educativa, visualiza una debilidad en la comuna, con respecto al patrimonio, y decide relevar la historia de los tiempos de la salitrera, poner en valor sus tradiciones, sus formas de vida, entre otros.
“Deseamos fortalecer a través del juego de roles con nuestros niños y niñas, para destacar el buen vivir de antaño de los habitantes de diversas salitreras de la región o el conocimiento de los distintos lugares íconos del norte de Chile como los geoglifos”, explica Acosta.
Es por esto que desde el año 2017, se han realizado diversas experiencias de aprendizaje como; visitas a la Salitrera Humberstone, en el lugar se recreó la vida de esa época. En el 2018 se trabajó en caminatas por el pueblo (Huara) realizando recolección de objetos y elementos que los niños y niñas reunieron como botellas, latas, zapatos entre otros.
En el 2019 se crea el primer Museo Pedagógico de Huara, denominado por la familia como “Añoranzas pampinas” donde en colaboración con los párvulos, familias, y comunidad se crea material pedagógico con elementos de la época y con otras donaciones, inaugurándose el espacio con una actividad de juego de roles donde los niveles educativos recrearon la vida pampina en la Plaza de la comuna, con ambientes como la estación de trenes, orquesta, pulpería, salitre, entre otras.
También se contó en esa ocasión con el Coro de la Tercera Edad de Huara. Hasta llegar al año 2021 donde a través de distintas experiencias, se trabajó el patrimonio a través del juego y experimentación con ambientes de aprendizajes como: replicas de salitreras o lugares declarados patrimonios culturales de la comuna como el gigante de Tarapacá.
“Además, para potenciar aún más el tema se recibió una donación de una maqueta realizada por adultos mayores de la salitrera “La Santiago” que busca que la historia no se pierda y se rescaten saberes y conocimientos de la época”, agregó.
En tiempos de pandemia el proyecto se adaptó a las dos formas de trabajo que tiene la JUNJI, presencial y remota, lo que se desarrolla a través de experiencias educativas que se adecuan a la realidad de los párvulos.
Impacto
Marcela Acosta, explicó que el impacto del proyecto en los niños y niñas ha sido satisfactorio, “ya que, los párvulos han logrado la regulación de sus emociones y comportamientos, la colaboración con otros, han participado de acciones de mantenimiento y cuidado de los materiales que se relacionan con el patrimonio, como también se ha trabajado en el resguardo de las zonas de la comuna que les permiten aprender de manera libre, donde identifican y reconocer personas de la comunidad, utilizar elementos de la época, potencian y generan lazos con los agentes comunitarios, como por ejemplo el club del adulto mayor y otras redes”.
Destacó que la comunidad ha sido parte fundamental del proyecto, ya que sin ella no se hubiese podido llevar a cabo la iniciativa, “ellos han aportado y donado materiales y recursos humanos, tiempo y dedicación en el trabajo con los niños y niñas participando de manera activa en todas las propuestas que genera el jardín infantil. Estamos muy agradecidos”.
