Concepción, (@JUNJI_Biobio). Hemos aprendido que al protegernos del Covid -19 cuidamos a los demás y, especialmente, a los más vulnerables. Con la salud mental pasa exactamente lo mismo, mantener nuestra salud mental repercute en nuestro bienestar y en el de las personas que nos rodean. Es más, mantener un estado de ánimo equilibrado y no dejarse llevar por el desánimo, el pánico o la rabia es una contribución inestimable a la lucha contra la enfermedad.
La psicóloga de la Junji Biobío y encargada de la Unidad de Clima y Seguridad Laboral que pertenece a la Subdirección Gestión y Desarrollo de las Personas, Loreto Biscar, sostiene: “La salud mental es una de las claves para sobrevivir a esta pandemia, en tiempos de miedo e incertidumbre, cuando las amenazas a la propia supervivencia y la de los demás se convierten en uno de los principales problemas de la vida diaria. Frente a ello surge la necesidad urgente de que cada uno de nosotros generemos estrategias que nos permitan mitigar las consecuencias en la salud mental para estar mejor preparados ante la situación de confinamiento y las repercusiones que conlleva”.
Y añade que “las personas tienen diferentes reacciones a las situaciones de crisis. No tener un mecanismo de afrontamiento puede producir incluso, un desequilibrio psicológico que afectará la calidad de vida. Se recomienda activar los recursos sociales y personales que cada persona tiene, por ejemplo, manteniendo rutinas que incluyan, descansos, ejercicio físico, de respiración, hablar de tus sentimientos, concentrarse en el aquí y el ahora. También la resiliencia ayuda para mitigar las dificultades de salud mental en circunstancias particularmente estresantes”.
¿Por qué es relevante que las personas se conecten con sus emociones?
La profesional explica que las emociones tienen una función adaptativa, aportan información sobre lo que nos sucede en relación a nuestro entorno. Este tipo de señales nos sirven de alerta para la supervivencia, como puede ser la función del miedo.
Escuchar estas sensaciones resulta muy beneficioso ya que nos ayudan a resolver problemas y conflictos tanto en relación a nosotros mismos, como en relación a nuestro entorno y las personas con las que interaccionamos. Hacer una buena gestión de las emociones supone un beneficio para nuestra salud mental, ayuda a equilibrarnos y a comprendernos mejor.
Las personas que expresan sus emociones se sienten más libres puesto que guardar emociones negativas es una carga demasiado pesada que impide vivir plenamente. Vivir con ira o rencor puede hacer que una persona acabe enfermando no solo psicológicamente, sino también físicamente.